Una pequeña de tan solo 12 años sufre una trágica realidad. Su madre la llevó al médico por una tos que no paraba, a unos kilómetros de Ezeiza, ciudad de Argentina, la atendieron rápidamente y le dieron un diagnóstico concreto, la pequeña Zahira estaba padeciendo una laringitis.
Fue medicada y siguió el tratamiento, pero días después la situación había empeorado, tenía fiebre alta, el cuerpo frío, tos y un hundimiento en el pecho por el que se le dificultaba respirar.
La pequeña fue llevada nuevamente al médico y esta vez la atendieron de urgencia y quedó internada por su estado de salud, resulta que el diagnóstico recibido estaba equivocado, sin embargo, la historia se repitió.
Ayelén Yuffre, mamá de la pequeña indicó que el estado de su hija se agravó en cuestión de horas, “a las pocas horas me avisaron que vaya a despedirme de ella porque no saturaba. Estaba hinchada, fría y morada. Le hablé, pero yo estaba en shock. Me agarró un ataque de nervios y no podía hablarle».
Los días en el hospital se convirtieron en semanas y meses hasta que por fin le dieron de alta a Zahira, pero de nuevo se cometió un grave error, según cuenta la madre de la menor, además su situación había empeorado mientras estaba en el hospital porque un virus intrahospitalario se había alojado en su cuerpo.
«Le dieron el alta sin oxígeno. Sus pulmones estaban débiles y la hicieron hacer una rehabilitación durante tres meses sin oxígeno. Yo les decía que ella lo necesitaba y no me escucharon”.
Después de asistir a la rehabilitación respiratoria, llegó el peor momento en la historia de esa pequeña, la especialista que la atendía le indicó que la situación se «estaba saliendo de sus manos» .
Terminaron atendiéndola en el hospital Garrahan, en Buenos Aires. Entre ires y venires y nuevas equivocaciones, determinaron que la situación era más grave de lo que su familia había imaginado.
“Estuvimos cuatro días ahí y ni bien pudimos ir al Garrahan fuimos. Estuvo internada 22 días y me explicaron que necesitaba el oxígeno para vivir. Que se tenía que ir del hospital con oxígeno y esperar un trasplante”.
La pequeña Zahira espera desde el 2022 que llegue un trasplante, pero la espera no es fácil. “Lo que me dice la neumónologa es que quiere que esté estable para cuando llegue el trasplante. Ellos quieren para Zahira los pulmones más sanos posibles. Solamente queda esperar que aparezca el donante”, dice Yuffre.
“Ella tiene tanto miedo a la falta de aire que no se quiere ni exponer. Tampoco quiere salir a la esquina porque le da vergüenza que la vean los vecinos. Llora porque quiere ir a la escuela para estar con sus amigas”, agregó.
La pequeña incluso le pregunta con frecuencia a su madre «¿cuándo me llegan los pulmones».
Zahira y su familia siguen luchando para que llegue el día en el que encuentren esos pulmones que le cambiarían la vida a la pequeña.
Fuente: Sistema Integrado Digital – RCN Radio – Natalia Espitia Salazar