Se avecina una grave situación económica para los productores de arroz en Casanare por cuenta del bajo precio que están pagando los molineros y que dejaría en una profunda recesión económica al departamento, acabando con la única opción agrícola rentable en la región.
El presidente de la Asamblea Julián Roa y la Diputada Sonia Bernal denunciaron que las empresas Molineras tomaron la decisión de pagar a $800 el kilo del cereal, fijando precios a la baja que no se veían en el sector hace más de una década y que ponen en jaque a los arroceros, llevándolos inmediatamente a la quiebra.
En Casanare se están produciendo cerca de 800.000 Ton que cuestan alrededor de $720.000 millones, que de pagarse al precio fijado por los molinos, dejaría perdidas al departamento por $144.000 millones.
Los agricultores solicitaron a los diputados la intervención para evitar el descalabro financiero que se aproxima por tal decisión de la industria molinera quien de forma sistemática y abusiva ha venido afectando y afectaría a los productores de no acogerse a un acuerdo de precios, incentivo al almacenamiento o a alguna medida que sea un alivio para el sector.
“Desde la dirigencia política en cabeza del Gobernador, buscaremos que los industriales revisen su decisión de establecer un precio al cereal, que debe ser concertado para generar un equilibrio en el sector”, insistió Julián Roa.
Es importante señalar que en el departamento están operando cerca de una docena de molinos de los cuales, Diana es el más grande y fue instalado hace más de 10 años; Roa, construirá su instalación en el municipio de Pore; Unión de Arroceros, que tendrá sede en Nunchía; Sonora ubicado en el municipio de Aguazul, Arroz Blanquita esta en Aguazul y Molino el Yopal en la capital del departamento, sumado a otros considerados pequeños por ser compradores locales.
Actualmente estos molinos financian, proveen de insumos y compran el arroz, mostrando como ocupan más de un eslabón de la cadena arrocera, causando con esto un desequilibrio que solo afecta al agricultor, al cual solo le queda entregar su cosecha como un cruce de cartera a lo que se lo decidan comprar, aun si este precio es de quiebra.
La Diputada Sonia Bernal, advirtió que alcaldes y concejales hacen constantemente esfuerzos tributarios para que la industria molinera pueda establecerse en sus municipios, aprobando beneficios y/o exenciones de impuestos; pero que en la actualidad no son retribuidas afectando sus decisiones comerciales al eslabón más débil de la cadena productiva, como lo es el agricultor, sus familias y todas aquellas personas que dependen de la actividad agrícola.