Los primeros migrantes que llevaban meses varados en la frontera norte de México cruzaron este jueves a territorio estadounidense para que una corte revisara sus solicitudes de asilo tras la cancelación del programa impulsado por el expresidente Donald Trump que les obligaba a permanecer en territorio mexicano.
Un grupo de 27 personas que formaba parte del Protocolo de Protección a Migrantes (MPP, en inglés) cruzó a Estados Unidos por el Puente Nuevo, que une a Matamoros con Brownsville (Texas), con la alegría de continuar con el “sueño americano” pero con una incertidumbre sobre cómo será su proceso de asilo en ese país y el temor de ser deportados si no son aprobados.
El pasado 12 de febrero, el Gobierno de Joe Biden anunció la reapertura a partir del 19 de febrero de los casos de los solicitantes de asilo devueltos a México por un programa del expresidente Donald Trump.
Este programa, conocido como el Protocolo de Protección de Migrantes o «Remain in Mexico», obligaba a estas personas a permanecer en México a la espera de sus citas en cortes de inmigración estadounidenses.
Por lo que después de meses, e incluso casi dos años para algunos de ellos, los solicitantes han logrado internarse en territorio estadounidense.
Luego de pasar un filtro que consistió en registrar sus datos y recibir la prueba de la covid-19, los migrantes fueron conducidos por personal de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) hacia el cruce internacional.
“La gente va muy contenta, pero al mismo tiempo van con una interrogante muy grande sobre cual será el proceso en Estados Unidos”, declaró el coordinador de Pastoral Social de la Diócesis de Matamoros, Francisco Gallardo López.
Se estableció un dispositivo de seguridad que consistió en cubrir a los migrantes mientras cambiaban de país para evitar su exposición a los medios de comunicación. Además, también hubo el cierre momentáneo del puente internacional.
“La pregunta de ellos es: ‘y si no soy aceptado, ¿Qué va a pasar conmigo? Me van a regresar a mi país cuando yo salí por la violencia’”, expresó el sacerdote.
Agilizar el flujo
En el proceso de este jueves, que se tildó como un programa piloto, participaron las agencias de las Naciones Unidas e instancias relacionadas con los derechos humanos, que descartaron violaciones en contra de los solicitantes de asilo.
“A partir de mañana empiezan a cruzar 100 personas. Serán 25 personas cada dos horas”, informó la delegada en Matamoros de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas, Mayra Liliana Botello.
De cumplirse lo estipulado es posible que el campamento en Matamoros sea desalojado en alrededor de una semana, ya que se estima que habitan en ese espacio aproximadamente 700 personas.
El sitio donde habitaron por varios meses las familias se creó a partir de que el expresidente de Estados Unidos Donald Trump impulsara a comienzos de 2019 el programa «Remain in Mexico».
De cara al futuro
Las autoridades mexicanas y los activistas ya han sostenido reuniones para definir cómo se abordará el tema migratorio después de que se concluya con el éxodo de los migrantes que forman parte del MPP.
“El campamento desaparece porque creemos que no es un lugar apto para que estén los migrantes”, indicó el sacerdote Francisco Gallardo López.
Ante un posible arribo de nuevas familias migrantes en busca de llegar a Estados Unidos, las autoridades y organizaciones de asistencia han dialogado para buscar alternativas de albergues que cuenten con las condiciones requeridas.