El expresidente rechazó las acusaciones de buscar un golpe de estado contra Lenín Moreno.
El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró este miércoles que «si es necesario» se presentará a unas eventuales elecciones anticipadas en su país, sumido actualmente en una crisis social, aunque aseguró que el gobierno de Lenín Moreno intentará impedirlo.
«Si es necesario que sea candidato, lo seré», dijo Correa a la prensa en Bruselas, precisando que, como le «inhabilitaron entre comillas para ser presidente», la opción pasaría por postularse de «vicepresidente para abajo».
El ex dirigente de izquierdas entre 2007 y 2017 se refiere a la consulta promovida en 2018 por su sucesor en el cargo, Lenín Moreno, sobre una reforma de los mandatos presidenciales, que impide a Correa optar a un cuarto.
El ex mandatario, sobre quien pesa una orden de captura en Ecuador, aseguró que el actual gobierno intentará «impedir [su] participación». «¿Qué se inventarán? Ah, es que tiene orden de prisión», aseguró.
«Yo voy y que me metan preso, pero que me dejen inscribir primero. Van a hacer lo que le hicieron a Lula, lo metieron preso y le impidieron inscribirse», aseguró en referencia al ex mandatario de Brasil.
Rafael Correa, que desde que dejó el poder vive en Bélgica, de donde es oriunda su esposa, reclamó el martes un adelanto electoral para resolver la crisis a la que se enfrenta su sucesor y exaliado Lenín Moreno por el alza de los precios del combustible.
La Constitución de Ecuador «establece la anticipación de elecciones en caso de grave conmoción social, que es lo que estamos viviendo, para resolver este conflicto de manera pacífica y democrática», dijo el ex dirigente, para quien Moreno «no quiere» ante una posible derrota.
Preguntado sobre las acusaciones de que intenta derrocar a Moreno en alianza con el gobierno venezolano de Nicolás Maduro, Correa criticó a su exaliado y denunció las informaciones que lo situaban el martes en Venezuela. «Ya es cuestión de locura, es algo demencial», apuntó.
Las protestas estallaron hace una semana por el fin de los subsidios -pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI)– y la consecuente alza de hasta 123% en los combustibles más usados, dejando un hombre muerto, varios heridos y cientos de detenidos.
Correa denunció la «brutal represión» de las fuerzas del orden contra los manifestantes y expresó una tímida «esperanza» sobre la mediación auspiciada por Naciones Unidas y la conferencia episcopal de Ecuador, si bien dudó de la «imparcialidad» de los interlocutores.
«No veo cómo lo pueden solucionar. No creo que si no se derogan las medidas, los indígenas van a regresar a sus comunidades» y, «si derogan las medidas, se les cae el acuerdo con el FMI», explicó tras el encuentro organizado en la Eurocámara por el grupo de la izquierda radical.