El jefe de gobierno saliente en España, el conservador Mariano Rajoy, aceptó este jueves el encargo del rey de intentar formar un nuevo gabinete y poner fin a mas de medio año de bloqueo político, aunque sin prometer éxito.
“Acepto el encargo”, dijo Rajoy al indicar en rueda de prensa que el rey le encomendó “que intente la investidura a la presidencia del gobierno” tras las legislativas del 26 de junio, las segundas a las que tuvieron que acudir los españoles en seis meses.
El líder del Partido Popular, en el poder desde 2011, indicó que a partir del mismo viernes “redoblará los esfuerzos” de diálogo con las demás formaciones políticas para buscar los apoyos necesarios y lograr su investidura en el Parlamento.
“Hasta el momento no cuento con los apoyos”, admitió Rajoy, que no quiso esbozar una fecha para una posible sesión de investidura. “Yo haré todo cuanto esté en mis manos para que España tenga un gobierno, pero no depende única y exclusivamente de mí”, urgió.
Rajoy hizo el anuncio tras reunirse con el rey Felipe VI, que cerró con ese encuentro una ronda de consultas con los jefes de las formaciones políticas del Congreso para encargar la formación de un gobierno.
El líder conservador ya había declinado una oferta similar del rey en diciembre de 2015, al saberse sin aliados, pero “ahora el escenario es un poco más abierto”, señaló.
Parlamento fragmentado
Desde hace siete meses España se ha mantenido bajo un gobierno en funciones, con atribuciones muy limitadas, justo cuando el país tiene que tomar medidas urgentes, para aprobar presupuestos, reducir su elevado déficit público o hacer frente a un movimiento separatista en la región de Cataluña.
El bloqueo institucional comenzó en diciembre pasado, cuando los españoles eligieron un Parlamento muy fragmentado entre cuatro grandes formaciones, un hecho inédito que marcó el fin del bipartidismo que por décadas dominó en España.
El PP y sus tradicionales rivales, los socialistas del PSOE, debieron ceder terreno a la formación de izquierda radical Podemos, decidida a acabar con las políticas de austeridad, y la liberal Ciudadanos, en cruzada contra la corrupción.
Los partidos no lograron formar las necesarias alianzas, lo que llevó a los españoles nuevamente a las urnas en junio.
Pero la repetición de los comicios lo que hizo fue confirmar la división del Parlamento entre las cuatro grandes fuerzas. El PP salió reforzado, al aumentar a 137 sus diputados de los 350 del Parlamento, pero aún lejos de la mayoría (176) necesaria para gobernar en solitario
De allí que Rajoy necesite buscar aliados, lo que aún no ha logrado.
No y no
Las consultas con el rey no parecen haber despejado el panorama.
“Todos repiten la misma palabra: no, no, no y no”, resumió a periodistas el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Esa formación ha ofrecido una abstención en una votación de investidura de Rajoy, aunque sus 32 diputados son insuficientes de todas maneras.
“Somos la primera fuerza del cambio y no vamos a apoyar aquello que queremos cambiar”, advirtió este jueves Pedro Sánchez, el líder del partido socialista, la segunda fuerza que con 85 escaños podría tener la llave para desatascar la situación.
La negativa también la expresó Pablo Iglesias, jefe de la formación antiausteridad Podemos.
Rajoy dijo este jueves estar dispuesto a seguir negociando con el PSOE y Ciudadanos, aunque dejó entrever que podría no presentarse a una sesión de investidura si no está seguro de que tendrá éxito.
La presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, dijo que programará la sesión de investidura en acuerdo con Rajoy. Esa fecha es clave, ya que si fracasa a partir de ahí comienza a correr un lapso de dos meses, al término del cual se convocan unas nuevas elecciones.
Todos los partidos se han mostrado contrarios a la posibilidad de convocar unos terceras comicios en menos de un año.
Por: AFP