Durante la discusión de la reforma tributaria, en el Senado de la República, los miembros de la oposición protestaron por la manera como se adelanta la votación de esta iniciativa.
El senador Antonio Sanguino, a nombre de la bancada alternativa, amenazó con retirarse de la sesión si las mayorías no acceden a votar, uno por uno, los 152 artículos que tiene esta ley de financiamiento.
“Solo vamos a discutir las proposiciones que el Gobierno quiere y eso restringe el derecho al ejercicio de la oposición y en esa circunstancia nosotros procedemos a retirarnos de esta plenaria para no participar de una decisión que ya ustedes tienen cocinada y acordada”, indicó.
La intervención de Sanguino provocó que varios opositores impulsaran un cacerolazo, en pleno recinto, lo cual molestó a la mesa directiva del Senado de la República.
El presidente del Congreso, Lidio García, advirtió que esta situación puede acarrear la aplicación de las sanciones establecidas en el reglamento interno, consagrado en la Ley 5ª.
“Les quiero decir a los señores del cacerolazo que si continúan me veo en la penosa necesidad de aplicar la Ley 5ª. He perdonado a algunos senadores, pero ya no siguen los perdones”, indicó en medio del sonido de las cacerolas.
García recordó que el reglamento prohíbe los aplausos y el desorden en medio de la sesión y por consiguiente, la protesta con cacerola también está restringida.
El presidente del Congreso recordó además que los senadores deben saberse comportar en el recinto del Senado y puso como ejemplo a la bancada liberal, que pese a que no respalda esta reforma tributaria, ha sabido dar el debate correspondiente.