El avance del coronavirus ha forzado a las autoridades de Río de Janeiro a cerrar este fin de semana sus playas, como parte de los esfuerzos para atajar una pandemia que ha matado ya en Brasil a cerca de 300.000 personas.
Las icónicas playas de la «Ciudad Maravillosa» amanecieron este sábado vacías y bajo un dispositivo policial para cumplir con el decreto municipal que ha prohibido cualquier tipo de actividad en ellas ante el tsunami de contagios y hospitalizaciones por covid-19.
Durante este fin de semana no está permitido permanecer en la arena, tomarse un baño o realizar deporte, medida que se une a otras impuestas anteriormente para intentar reducir la movilidad.
Algunos de los accesos a Copacabana e Ipanema, dos de las playas más populares, en la zona sur de la capital fluminense, estaban bloqueados con cintas para cohibir la entrada.
Aun así, la Policía tuvo que intervenir en alguna ocasión para retirar a pequeños grupos de personas que estaban en la arena.
Los socorristas también colaboraron en esa labor de cuidar que nadie estuviera en las playas, que en las últimas semanas presentaron un alta afluencia de público, pese a la crítica situación sanitaria de la urbe.
Río de Janeiro es una de las ciudades de Brasil más afectadas por la pandemia, con casi 20.000 muertos -superada por poco por Sao Paulo, que tiene el doble de población- y cerca de 220.000 infectados con el SARS-CoV-2.
El sistema público de salud de la capital fluminense, donde se puede observar con frecuencia a personas caminando por la calle sin mascarilla, está al límite, con el 95 % de sus camas de terapia intensiva ocupadas, situación que se repite en prácticamente en todo el país.
Es el peor momento de la pandemia en el país, agravado en parte por la circulación de variantes más infecciosas. Este sábado encadenó el quinto día consecutivo con más de 2.400 muertes asociadas a la enfermedad.
Ahora también preocupa la falta de oxígeno y medicamentos para los pacientes más graves en algunas zonas.
En ese sentido, la máxima autoridad sanitaria brasileña anunció una serie de medidas para revertir esa situación, entre ellas autorizar el uso de cilindros industriales para rellenarlos con gas medicinal y ampliar así la oferta de suministro a los hospitales.
BOLSONARO CRITICA CIERRE DE PLAYAS Y EL ALCALDE RESPONDE
El presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, que niega la gravedad de la covid-19, criticó en la víspera el cierre de las playas de Río de Janeiro, su cuna electoral.
El mandatario tildó la decisión del alcalde de Río, Eduardo Paes, de «hipócrita» porque, a su juicio, va contra el combate a la pandemia.
«La vitamina D es una forma de uno evitar que el virus le alcance de gravedad. ¿Y uno dónde consigue vitamina D? Tomando el sol, caramba. Es una hipocresía», señaló a un grupo de seguidores Bolsonaro, a pesar de que no hay una comprobación científica al respecto.
Horas después, Paes respondía de forma implícita al gobernante y reforzaba en sus redes sociales que «la colaboración de todos es fundamental» para superar la emergencia sanitaria.
«Tenemos claro las vitaminas que todos necesitamos para tener salud. Una de ellas es la vitamina de la solidaridad y contra el negacionismo de lo que viene pasando en todo el país. Queremos salvar vidas. Esa es la vitamina que nos estimula», indicó Paes.
PACIENTES ATENDIDOS EN LAS CALLES DE RECIFE
En Recife, capital del estado de Pernambuco, en el nordeste del país, la saturación de los hospitales referencia para la covid llevó a que entre la noche del viernes y la madrugada de este sábado los pacientes que llegaban en ambulancias fuesen atendidos prácticamente en la calle, según constató Efe.
Médicos y enfermeros esperaban, incluso con pipetas de oxígeno, a los pacientes en las afueras del Hospital de Referencia Alfa Boa Viagem, entidad que era particular y el Gobierno regional asumió como centro médico especializado en la pandemia.
Durante toda esta madrugada llegaron ambulancias procedentes de diversos municipios del estado con pacientes con cuadros graves de covid que necesitaban atención en unidades de cuidados intensivos (UCI).
RÍO Y RECIFE, REFLEJO DE UNA SITUACIÓN EXTREMA EN TODO BRASIL
La situación crítica de Río y Recife se vive prácticamente en todo Brasil, con la red pública colapsada o cerca de ello y cifras cada vez más altas.
Buena parte de las ucis del país están con una ocupación de más del 90 % y en algunas ciudades ya están al máximo de su capacidad.
Hasta la fecha, el nuevo coronavirus ha dejado 292.752 muertes y casi 12 millones de positivos, según el Ministerio de Salud de Brasil.
Este marzo de 2021 ya es el mes más letal de la pandemia en el país, con más de 35.000 muertes, cuando aún falta semana y media para su finalización. Brasil es actualmente el lugar del planeta donde más contagios y muertes por coronavirus se registran al día.
El promedio diario de fallecidos está actualmente por encima de los 2.000 y los positivos batieron este viernes un nuevo récord, con 90.570, mientras que la campaña de vacunación no termina de acelerar.
Bolsonaro, por su parte, ha decidido entrar en la Justicia contra las restricciones sanitarias impuestas en algunas zonas del país. Considera que medidas como el toque de queda nocturno son «dictatoriales».