
En menos de diez días, una normativa técnica para el sector automotor, modificada durante el gobierno del expresidente Iván Duque, entrará en vigor y podría tener consecuencias de gran alcance.
El cambio específico en las reglas se centra en la exigencia de una nueva certificación para los vehículos importados.
¿Cuál es exactamente el cambio en las reglas que impide la llegada de vehículos estadounidenses?
El cambio fundamental radica en la exigencia de «certificados de demostración de conformidad de terceros» para todos los vehículos que ingresen a Colombia. Esta nueva exigencia reemplaza o complementa la anterior «certificación de desempeño de primera parte».
¿Qué implicaba la certificación anterior y por qué su cambio genera la actual crisis?
La «certificación de desempeño de primera parte» era un sistema donde el propio fabricante o exportador certificaba que sus vehículos cumplían con los estándares técnicos colombianos. El cambio a la certificación de terceros genera la crisis porque Estados Unidos, basado en el principio de confianza del Tratado de Libre Comercio (TLC), no tiene la práctica de que terceros expidan este tipo de certificaciones para sus exportaciones de vehículos.
¿Cuál es la nueva exigencia de certificación y por qué Estados Unidos no puede cumplirla?
La nueva normativa exige que una entidad independiente y ajena al fabricante o exportador certifique que los vehículos cumplen con las especificaciones técnicas colombianas de seguridad. Estados Unidos no puede cumplirla porque su sistema de regulación y comercio automotor se basa en la auto-certificación y en la confianza mutua establecida en acuerdos como el TLC, sin la necesidad de la intervención de terceros para la certificación de conformidad para la exportación.
¿Qué diferencia hay con la certificación anterior y quién está autorizado a emitir estos nuevos certificados?
La diferencia principal es la externalización de la certificación. Antes, la garantía de cumplimiento venía del propio productor.
Ahora, se requiere que un organismo externo, presumiblemente bajo los estándares colombianos o internacionales reconocidos por Colombia (como los de la Unión Europea, según menciona el embajador), valide el cumplimiento. La información específica sobre quiénes están autorizados a emitir estos certificados no se detalla en el texto, pero se entiende que deben ser entidades reconocidas por el Ministerio de Transporte colombiano.
¿Cómo afecta esta política estadounidense la nueva exigencia colombiana y por qué el TLC no facilita una solución?
La política estadounidense de no requerir certificaciones de terceros para la exportación de vehículos choca directamente con la nueva exigencia colombiana. El TLC, basado en la confianza regulatoria mutua, no anticipó ni resolvió esta discrepancia en los sistemas de certificación, lo que ahora impide que los vehículos estadounidenses cumplan con el requisito colombiano sin un cambio en la práctica de certificación de EE.UU. o una excepción por parte de Colombia.
¿Qué marcas y modelos estadounidenses están en riesgo de desaparecer del mercado colombiano?
Marcas icónicas como Chevrolet y Ford, que tienen una presencia significativa en el mercado colombiano con diversos modelos, son las principales en riesgo, ya que tienen producción directa en Estados Unidos.
¿Qué tan dependiente es el mercado colombiano de los vehículos provenientes de EE.UU. y qué modelos específicos son los más apetecidos por los consumidores?
La importación de vehículos desde Estados Unidos representa un volumen comercial de aproximadamente 800 millones de dólares anuales, lo que indica una dependencia considerable.
Modelos específicos de Chevrolet como el Onix y de Ford como la Ranger son mencionados como los más vendidos de sus respectivas marcas en el primer trimestre de 2025, lo que subraya su popularidad entre los consumidores colombianos.
¿Cómo se verá afectada la oferta de estos vehículos y qué alternativas tendrán los compradores?
La oferta de vehículos nuevos de estas marcas producidos en EE.UU. podría disminuir significativamente o incluso cesar si no se encuentra una solución. Los compradores tendrían que buscar alternativas en modelos de otras marcas, orígenes (como ensamblados en Colombia o importados de otros países que sí cumplan con la certificación), o considerar el mercado de vehículos usados.
¿Cuáles son los argumentos de Estados Unidos contra esta prohibición generalizada?
El embajador McNamara argumenta que la nueva reglamentación es «arbitraria» para Estados Unidos, ya que se les está imponiendo un estándar similar al de la Unión Europea, a pesar de ser un socio comercial bajo el TLC y tener sus propios estándares de seguridad.
Les preocupa la pérdida de empleos y ganancias en su sector automotor, así como una posible complicación en el ambiente comercial bilateral.
¿Por qué Estados Unidos considera injusta esta imposición y qué consecuencias económicas y laborales prevén en su sector automotor?
Estados Unidos considera injusta la imposición porque sienten que se desconoce la validez y eficacia de sus propios estándares y el principio de confianza del TLC. Prevén consecuencias económicas negativas por la reducción de exportaciones y posibles pérdidas de empleos en las industrias manufactureras y relacionadas con la exportación de vehículos a Colombia.
¿Existe alguna vía para evitar la detención total de la importación de vehículos estadounidenses?
Sí, el presidente de Andemos ha propuesto un período de transición de entre 18 y 24 meses para que los fabricantes estadounidenses tengan tiempo de adaptarse y obtener los «certificados de demostración de conformidad de terceros» requeridos por la nueva normativa colombiana.
¿Qué posibilidades reales existen de que el gobierno colombiano acceda a esta solicitud y cuáles serían los términos de dicha transición?
La posibilidad de que el gobierno colombiano acceda a esta solicitud dependerá de las prioridades del Ministerio de Transporte y de las negociaciones bilaterales entre ambos países. Los términos de una posible transición podrían incluir un cronograma específico para la obtención de las certificaciones, la aceptación temporal de certificaciones alternativas o la modificación de la normativa para reconocer los estándares estadounidenses bajo ciertos criterios.
¿Cómo afectará esta prohibición a los consumidores y al sector automotor en Colombia en general?
Los consumidores podrían enfrentarse a una menor disponibilidad de vehículos de marcas estadounidenses, lo que podría llevar a un aumento de precios en los modelos restantes y en las alternativas de otras marcas.
El sector automotor colombiano podría experimentar cambios en las cuotas de mercado, con un posible fortalecimiento de las marcas que sí cumplan con la nueva normativa. También podría haber un impacto en los concesionarios y talleres que dependen de la venta y el mantenimiento de vehículos estadounidenses.
¿Se cierra definitivamente la puerta a los carros estadounidenses en Colombia?
La implementación de esta nueva reglamentación el 2 de mayo crea una situación crítica. Si no se encuentra una solución a través de negociaciones o un período de transición, la puerta a la importación de vehículos estadounidenses a Colombia podría cerrarse, generando un impacto significativo en el mercado y en las relaciones comerciales entre ambos países.