La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) volvió lanzar una polémica propuesta que podría perjudicar a todos los trabajadores del país.
Según el gremio, deberían eliminarse los intereses de las cesantías que se le pagan a todos los empleados, además de las cajas de compensación familiar.
Sin embargo, este planteamiento no tendría buen ambiente en el Congreso de la República, teniendo en cuenta que los sectores políticos rechazan de plano una iniciativa que afecte los derechos laborales de los colombianos.
El senador de Cambio Radical Carlos Fernando Motoa, que pertenece a la Comisión Séptima que aborda los temas laborales, dijo que “me parece que esta organización privada. Más que contribuir con ideas o con propuestas para mejorar la calidad y la creación del empleo en el país, han ido generando un ambiente que perjudica lo que el Gobierno y el Congreso ha tratado de establecer en materia de iniciativas legislativas”.
“Los invito cordialmente a que participen en los debates en el Congreso pero para contribuir y no para eliminar y cercenar los derechos de los trabajadores”, añadió.
El senador uribista Gabriel Velasco dijo que este tipo de propuestas no son congruentes con la idea de tener una economía fraterna que el Centro Democrático y el Gobierno del presidente Iván Duque ha venido defendiendo.
“Los trabajadores como todos los colombianos, tienen derecho a que se les reconozca la pérdida del valor en el tiempo por un dinero que no se les ha entregado, como son los intereses a las cesantías. Las cajas de compensación son instituciones que por lo único que han velado es por el bienestar y calidad de vida de los trabajadores”, indicó.
Por su parte, el exministro de Salud y Protección Social Alejandro Gaviria, calificó esta propuesta como un exabrupto.
“La propuesta de acabar las cajas de compensación es equivocada. Desconoce su papel redistributivo, las capacidades que han acumulado y su importancia en la provisión de servicios sociales. Es una propuesta destructiva, un exabrupto”, indicó.
Anif también había planteado la posibilidad de imponer un salario diferencial para los jóvenes y que estos pudieran devengar alrededor del 75% del sueldo mínimo, lo cual fue ampliamente rechazado por todos los sectores.