Hoy 17 de julio se cumplen 11 años de la desaparición de uno de los futbolistas más talentosos y queridos de Casanare. Una avioneta que piloteaba desapareció en extrañas circunstancias cuando hacía el itinerario Arauca- Cúcuta luego de cruzar territorio venezolano.
Hoy su recuerdo permanece en la mente y el corazón de su familia, compañeros de estudio y equipos de fútbol, microfútbol, voleibol y de actividades recreativas, fui uno de los pocos periodistas que vi su proceso en Casanare y a nivel nacional.
No hay videos en YouTube disponibles para publicar por Facebook, que avalen el talento excepcional de este jugador yopaleño que dejó huella de gran estudiante en el Centro Social de Bachillerato y reforzó al Braulio González en una semifinal y final Nacional de Juegos Intercolegiados en 1990.
Sólo basta escuchar los testimonios de quienes tuvieron el privilegio de acompañarlo en las canchas y de verlo desde afuera, para reconocer que este deportista que cumpliría 46 años el próximo mes de septiembre, son más que suficientes para darle crédito a estas palabras.
Su gran categoría, muy por encima de las de su generación, le permitieron ser convocado a todas las selecciones, desde infantil hasta sub 23. Así como integrar el primer equipo semiprofesional: Atlético yopal PLS en el año 1995.
No obstante, que ha pasado más de una década, en esta red social, los mensajes de elogio y de calificativos donde recuerdan positivamente su memoria, ante una reciente publicación recordando la fecha de su aniversario, decenas de personas amigos, compañeros y aficionados que lo vieron; y otros, que escucharon sobre la magia que desplegaba en las canchas, han recordado con lujo de detalles, episodios conocidos y desconocidos de su paso por las canchas, la universidad Unisangil, la Alcaldía de Yopal y también en su corta vida como aviador comercial; herencia de profesión que recibió de su padre.
Para que se haga una idea de cómo jugaba Antonio Cipagauta, sin exagerar, podemos asegurar que tenía un asombroso parecido a James Rodríguez, a Edwin Cardona y de Anthony Tapia que el volante que milito en Pumas de casanare en el año 2004; sólo para citar tres jugadores que casi todo el mundo conoce, en su posición como volante creativo o enganche.
Así como su gran capacidad para proteger la pelota de la fuerza desmedida y mala intención de los rivales y salir con ella dominada para lanzar pases precisos y dejar mano a mano a los delanteros con el Arquero rival. Asimismo fue muy famoso y reconocido su potente y efectivo remate de pierna izquierda.
Todavía hay amigos y familiares que no aceptan que Antonio Cipagauta haya muerto. Tienen la esperanza y un pálpito: creen en lo más profundo de su ser qué una decisión suya controvertida e inexplicable para quienes lo conocieron en Yopal, lo podrían haber convencido de emigrar hacia un país desconocido y comenzar una nueva vida con una nueva identidad.
Sin embargo otros familiares y allegados descartan completamente esta teoría y consideran que Antonio Cipagauta Latriglia perdió la vida en aquel absurdo accidente aéreo. Lo cierto es que 2 meses después de su desaparición y para demostrar la grandeza como jugador y más como persona, la familia quiso hacer en silencio su funeral, pero fue imposible impedir que decenas de personas se volcaran a darle su último adiós.
Texto realizado por JORGE LUIS OSPINA.