Sentencia histórica en Perú a favor de la Amazonía. Tras ocho años de proceso, la Fiscalía en Materia Ambiental en la región de Loreto sancionó a una empresa por haber traficado ilegalmente con madera, lo que se tradujo en la deforestación de dos mil hectáreas de bosques naturales en la Amazonía del Perú.
Tras una dura batalla legal en la que se involucró a la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA), a la Procuraduría del Ministerio del Ambiente (MINAM), al Poder Judicial, a la prensa y a varias organizaciones de la sociedad civil, se logró una primera condena ejemplar contra la ‘Empresa Cacao del Perú Norte S. A. C.’(hoy Tamshi S.A.C), con el pago de una reparación civil de 5 millones de dólares, aproximadamente.
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Para las organizaciones de la sociedad civil, esta sentencia sienta un precedente pues es la primera vez que una empresa que se había dedicado a deforestar la Amazonía de manera sistemática es sancionada de manera ejemplar.
Esta sentencia marca un hito porque muestra que a pesar de tener limitaciones el Estado peruano es capaz de llevar adelante casos complicados, a pesar de los lobbys y la presión de las empresas.
Este caso también es importante porque no se trata solo de una empresa, sino de alrededor de 30 empresas con redes internacionales y vinculadas al inversionista checo norteamericano Dennis Melka, dedicadas a deforestar la Amazonía peruana.
El modus operandi de este «grupo Melka» consistía en crear empresas en Perú a través de estudios de abogados o de testaferros y, en paralelo, crear empresas en paraísos fiscales como Gran Caimán, según explica Julia Urrunaga.
Se calcula que bajo este accionar han deforestado, en total, unas 15 mil hectáreas de bosques naturales. De acuerdo a EIA, actualmente tienen unas 20 mil hectáreas más y están pidiendo la adjudicación de más territorio a los gobiernos regionales.
Si bien esta sentencia llena de optimismo a las organizaciones que participaron en la investigación, aún es temprano para alegrarse pues, como explica Julia Urrunaga, todavía queda mucho trabajo de concientización por hacer.
Todavía hay un sector muy grande de la industria y del Estado también que considera que un bosque en el que no hay inversión privada es un bosque que está siendo desperdiciado, cuando en realidad el bosque nos está proveyendo de aire, de agua. Este tipo de cosas aún falta de introducir en los planes nacionales y en las cuentas nacionales.
Un primer gran paso en materia ambiental que se espera sirva de precedente y como factor de disuasión para otras empresas dedicadas a la tala ilegal y la deforestación.
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