Más de 250 personas han muerto en las manifestaciones.
Siete manifestantes murieron por disparos de la Policía cuando se manifestaban frente al consulado iraní en Kerbala, en el sur de Irak, donde este lunes siguen las movilizaciones contra el Gobierno.
Los manifestantes intentaron incendiar la representación diplomática de Irán (país vecino y apoyo del gobierno de Irak) en Kerbala, una ciudad santa chiita que cada año visitan millones de peregrinos iraníes.
Además desplegaron banderas iraquíes en el muro del complejo consular y escribieron: «Kerbala libre, Irán fuera».
Las fuerzas de seguridad respondieron con ráfagas de bala que dejaron siete muertos, según responsables médicos de esa ciudad, situada a unos 100 km de Bagdad.
«Quieren matarnos, no dispersarnos, no disparan al aire», dijo un manifestante, quien afirma que las fuerzas de seguridad «protegen el consulado de un país extranjero mientras nosotros solo pedimos que nuestro país sea libre, sin que ningún otro país lo dirija».
Los manifestantes acusan a Irán de estar detrás del actual sistema político en Irak, que consideran corrupto e incompetente.
Según algunos testigos, las fuerzas de seguridad dispararon contra manifestantes cerca de la televisiòn estatal en Bagdad.
«En nombre del pueblo»
Desde hace algunos días la cólera de los manifestantes que reclaman «la caída del régimen» se concentra contra Irán, una de las dos potencias con influencia en Irak, junto a Estados Unidos.
Desde que empezaron las protestas hace un mes, el general Qasem Soleimani, comandante de las operaciones exteriores del ejército ideológico de Irán, visitó varias veces Irak.
En Bagdad y en el sur del país la mayoría de escuelas están cerradas.
En Diwaniya, a 200 km de la capital, los manifestantes colgaron grandes banderolas en los edificios públicos de la ciudad con el lema: «Cerrado en nombre del pueblo».
En Najaf, la otra ciudad santa chiita del país, una banderola similar apareció en la entrada del Consejo Provincial, indicaron periodistas de la agencia AFP.
Las protestas empezaron el 1 de octubre y han estado marcadas por la violencia que dejó 257 muertos, según cifras oficiales.
Tras una pausa, las manifestaciones se reanudaron el 24 de octubre, ahora organizadas por estudiantes y sindicatos, y las protestas se centran ahora en ocupar las plazas en un ambiente más festivo.