El presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó que la situación en Afganistán «es una catástrofe» tras la salida de las tropas internacionales, al tiempo que aseguró que no quiere una desintegración del país y abogó por que los talibanes mantengan unas relaciones «civilizadas» con el resto del mundo.
«Es una catástrofe, es cierto (…). Es una catástrofe porque los estadounidenses, que son personas muy pragmáticas, han gastado más de 1,5 billones de dólares en esta campaña (militar) y ¿cuál es el resultado?» preguntó Putin durante su intervención en el Foro Económico Oriental de Vladivostok.
«Y si nos fijamos en la cantidad de personas abandonadas en Afganistán, que han trabajado para Occidente, para EE. UU. y sus aliados, entonces esto es una catástrofe humanitaria«, recalcó.
Putin sostuvo que, a diferencia de lo ocurrido ahora con la retirada de las tropas estadounidenses, cuando las tropas soviéticas retiraron de Afganistán entre 1988 y 1989 se hizo de manera ordenada.
«Después de todo, el régimen que se mantuvo después de la retirada de las tropas soviéticas existió durante varios años. Si la Unión Soviética no hubiera dejado de brindar al menos asistencia económica al final de su existencia, nadie sabe cómo se habría desarrollado la situación el Afganistán», sostuvo.
«Quizás, las fuerzas opuestas hubieran podido ponerse de acuerdo en algo», recalcó.
«Pero los estadounidenses se fueron con la ayuda de puentes aéreos, mientras que las tropas soviéticas aún se dirigieron a su frontera. Esta es una historia diferente, en este sentido fue más fácil para la Unión Soviética», dijo Putin.
El jefe del Kremlin, que recordó que EE. UU. se metió en Afganistán en respuesta al ataque hace 20 años del 11-S, recalcó que ahora hay que adaptarse a la nueva realidad.
«Ahora las realidades son tales que el movimiento talibán controla casi la totalidad del territorio afgano, con la excepción de Panjshir y pequeñas áreas adyacentes que sin embargo son vecinas de Tayikistán», aliado de Rusia.
«Hoy los talibanes tienen el control. Si esto es así, debemos partir de las realidades», destacó.
Putin resaltó que «Rusia no está interesada en la desintegración de Afganistán. «Si esto ocurre, entonces no habrá con quién conversar en el país. Y si es así hay que pensar en que cuanto antes los talibanes entren en la familia de los pueblos civilizados, cuanto más fácil será hablar con ellos e influir de alguna manera».
Agregó que se les podrá preguntar y plantearles en el marco de estas relaciones que deben «cumplirse determinadas normas civilizadas».
También abogó por analizar «qué hay detrás» de las declaraciones del liderazgo talibán, porque «no todo el movimiento es homogéneo».
Preguntado sobre quién desempeñará ahora la función de «policía global» tras la «fallida» operación estadounidense, Putin instó a no olvidarse de la misión clave de las estructuras de la ONU, incluidos los cinco miembros permanentes.
Expresó la esperanza de que en el contexto de los acontecimientos afganos, los países occidentales «lleguen a darse cuenta de que actuar desde las posiciones anteriores», que «consistía en civilizar a otros pueblos» a su imagen y semejanza, es «una política errónea».
El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, afirmó sobre el posible reconocimiento de los talibanes que «es un asunto delicado que requiere cautela».
«He dicho muchas veces hoy que vamos a observar atentamente las acciones de los talibanes. De ello depende todo», dijo, si bien subrayó que, siendo realistas «los talibanes llegaron al poder en ese país para mucho tiempo» y por ello «vamos a partir de esto».
Foto: AFP