William Trujillo rompió su silencio y decidió contar detalles de cuando fue víctima del ‘Monstruo’ o la ‘Bestia’, como llamaron en su momento a Luis Alfredo Garavito, el pederasta, asesino en serie de niños y agresor sexual que sorprendió al mundo con su habilidad para cometer el mal.
Trujillo es uno de los pocos que sobrevivió a los violentos tratos de Garavito, en parte también porque fue de sus primeras víctimas, pues en la época que sucedieron los hechos, el violador apenas tenía 22 años.
El zarpaso
A los 9 años, en Caicedonia (Valle del Cauca), el pequeño William vio a unos niños jugando con cartones para resbalarse por una ladera y entonces quiso participar. Cuando se iba a lanzar, Garavito lo cogió del cuello y luego lo sometió, abrazándolo por detrás.
“Me mostró un machete y me dijo: no vaya a hacer bulla, no vaya a gritar, no vaya a hacer nada porque lo mato”, indicó.
Y continuó: «Me dijo quítese la camisa y él me quitó el pantalón. Entonces empezó a besarme horrible por todo el cuerpo. Él me cogía mi penesito y lo chupaba y me besaba la boca. Me cogía mi lengua y la succionaba durísimo como para arrancarla y me decía: así me tienes que hacer».
Trujillo, que hizo este relato a Los Informantes, contó esas horripilantes cosas con un aire de dolor en el rostro e indicó que cada uno de los segundos que pasó al lado del pederasta se hicieron eternos. Después de ese preámbulo macabro el sujeto cuenta que su victimario lo volteó de manera brusca y finalmente lo violó.
Doce horas duró ese martirio para Trujillo que terminó encerrado dentro de una casa con el ‘Monstruo’ mientras accedía a todos sus caprichos, pues sabía que su vida dependería de eso. “Cuando él sentía a alguien merodeando la casa me apretaba y me decía que me quedara callado», relató.
“Me golpeó, me tocó y me chupó muy en silencio, eso fue lo más perturbador», recordó.
La horrible noche
Después de esa larga tortura, finalmente Garavito lo soltó sobre las 5:00 de la mañana y luego de decirle que siguiera adelante, lo soltó. El niño empezó a correr con las últimas fuerzas que le quedaban y finalmente encontró a su madre y su padrasto que llevaban horas buscándolo.
En la actualidad, Trujillo aseguró que está enviando cartas al Inpec con tal de que le dejen ver a Luis Alfredo Garavito, quien está pronto a salir de la cárcel, pues le gustaría una cita cara a cara.
“Quiero verlo para demostrarle que fui más inteligente que él, que soy una gran persona, que no pasó lo que todo el mundo dice que tenía que pasar, que porque a mi me violaron no me convertí en violador», agregó.