La pandemia del Covid-19 ha generado grandes cambios que a su vez dejan efectos negativos en la alimentación de los colombianos. Una investigación Profamilia y la Alianza para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño, reveló que solo el 22% de los hogares han logrado mantener las tres comidas diarias.
La representante del programa de incidencia de Profamlia, Diana Moreno, señaló además que el 10% de los hogares pasó de tres a una comida por día y el 68% de tres a dos comidas.
“Existen dificultades para comprar alimentos, por el aumento de precios y la escasez de dinero. Las personas han tenido que reducir algunos alimentos, pero también en algunos casos algunas comidas”, indicó.
Agregó que la crisis económica por la pandemia ocasionó que muchas personas solo cuenten con recursos para poder alimentarse una o dos veces al día.
Se trata de “la seguridad alimentaria con los medios de subsistencia y las dificultades que están teniendo los adolescentes y jóvenes para llegar a ellos”, manifestó.
La ONG World Vision confirmó que se debe tener una atención especial a la seguridad alimentaria de los menores de edad, teniendo en cuenta que se puede ver afectado el desarrollo de las nuevas generaciones.
Claudia Sánchez, gerente de programas técnicos, señaló que esta es una problemática que ha evidenciado en el diálogo con los menores de edad.
“Más del 80% de los niños reflejaban una preocupación, porque en sus familias hay una dificultad para atenderlas necesidades alimenticias básicas y esto genera estrés, mayores preocupaciones de tensión en el hogar que van de la mano con las situaciones de violencia que conocemos”, subrayó.
RCN Radio conoció que los jóvenes contaron las dificultades que han tenido para poder alimentarse en esta cuarentena, en la que muchos se han quedado sin trabajo y, en muchas oportunidades, dependen de la ayuda de los vecinos.
“La situación en mi casa ha sido muy difícil porque si tenemos para el desayuno, no tenemos para el almuerzo y mucho menos para la cena”, manifestó Olga Tovar, uno de los jóvenes afectados por los efectos de la pandemia.
A su vez, Estefany Olaya, señaló que la disminución de su salario, como consecuencia de la pandemia, ha sido otra de las graves consecuencias.
“En mi trabajo nos disminuyeron el sueldo y esto está generando problemas económicos en el hogar, pero a esto se le suma los elevados costos de los alimentos que hace imposible que se puedan acceder”, resaltó.
Cuestión de dinero
La investigación permitió conocer que, en algunos, casos la situación se ha visto agravada por el alza en los precios de ciertos alimentos por el desabastecimiento, lo que ha motivado a buscar otras alternativas.
“Vimos que en esta época, ante la dificultad de que lleguen algunos alimentos a los sitios más apartados, se ha buscado volver a las huertas, cultivar y sembrar semillas entre las personas de la comunidades”, agregó.
Según el estudio, la situación nutricional deficitaria se agudiza en situaciones de crisis y escasez, disminuyendo la cantidad de alimentos, al aumentar el consumo de carbohidratos y de alimentos con mayor contenido de grasa y sal, a menor costo.
También resaltaron que se disminuye el de vegetales y alimentos, fuente de proteínas, entrando en inseguridad alimentaria en la que, algún integrante del hogar, ha dejado de comer para asegurar la alimentación de los más pequeños.
“En algunos casos mencionaron que esta situación se ha visto agravada por el alza en los precios de ciertos alimentos, por el desabastecimiento, por la pérdida de empleo formal o, en el caso del trabajo informal, por el riesgo de contagio al salir a trabajar o de sanciones económicas previstas para quienes incumplen el aislamiento obligatorio”, apuntó.