El mundo tecnológico sigue creciendo y las nuevas apuestas para este año se están visibilizando.
Y es que en 2021 el mercado de la tecnología se vio impactado por la popularización del ‘Metaverso’, los NFT e incluso de la inteligencia artificial, que han inspirado diferentes proyectos enfocados en los retos actuales de la humanidad.
No obstante, para este año las apuestas están aún más altas, pues el mundo de las tecnologías estará impregnada de inteligencia artificial especializada, internet de las cosas, nanotecnología y hasta Blockchain.
De acuerdo a las previsiones de mercado, se espera que el crecimiento en la inversión tecnológica sea del 4%. Asimismo, en Latinoamérica se espera que el sector de las TIC tenga un crecimiento del 9.4%, arrasando con la cifra del año pasado del 8.5%.
Por eso las empresas estarán enfocadas en tres aspectos fundamentales: centrarse más en las personas, una mayor independización de los usuarios en cuanto a su ubicación y una entrega resiliente de servicios.
“En cuanto a centrarnos en las personas, vemos como el Internet del Comportamiento (IoB), las estrategias de Experiencia Total y la Computación Orientada a la Privacidad se roban el show. IoB intentará capturar las “boronas digitales” de nuestras vidas para entender e influenciar en nuestro comportamiento”, asegura Juan Ramón Jaramillo, gerente de desarrollo de negocios de Gtd Colombia.
Y es que la ciberseguridad sigue siendo uno de los puntos álgidos en este mundo tecnológico, pues la información personal continua siendo atacada. Por eso, el experto de Gtd Colombia explica que la idea es que se desarrolle una tecnología que permita procesar datos encriptados con algoritmos homomórficos, que dé la posibilidad de obtener datos valiosos sin ver la información personal de cada persona.
“A esto lo llamamos ‘Negocios Inteligentes Armables’ y para lograrlo, debemos apoyarnos en tecnologías como la Ingeniería en Inteligencia Artificial y la Hiperautomatización, para que nos permita aislar el negocio del riesgo del fracaso ocasionado por el mantenimiento, la escalabilidad, la interoperabilidad y la confiabilidad de los procesos y sistemas”, resalta Jaramillo.