La mujer es acusada de preparar los productos.
La Fiscalía General desarticuló una red liderada presuntamente por un estudiante de ingeniería industrial, su mamá y dos hombres más que bajo tres modalidades permearon varias universidades de Bogotá con productos a base de marihuana.
Según las investigaciones, esta organización promovía a través de redes sociales cursos en los que aseguraba capacitar a los interesados en el cultivos de marihuana, de manera hidropónica, además de ofrecer asesoría personalizada, garantizando un producto de altísima calidad en la mitad del tiempo de un cultivo tradicional.
Asimismo, se estableció que esta empresa criminal se valía de la confección de productos medicinales que eran sustentados en supuestos permisos de autoridades nacionales, los cuales claramente no habían sido avalados por el Estado.
Una de las modalidades que más llamó la atención de los investigadores, por el alcance que podía tener en cuanto a la afectación de la salud de centenares de jóvenes, era la producción y comercialización de productos de panadería como brownies, tortas y galletas de chocolate creados a base de cannabis.
Esta última estrategia les permitió tener mayor cercanía con potenciales clientes, además de ampliar mucho más el número de compradores de dicho estupefaciente tanto al interior de las universidades, como en el entorno de los planteles educativos.
En desarrollo de los operativos fueron capturados el estudiante de octavo semestre de ingeniería industrial Daniel Mauricio Mena Amado, presunto cabecilla de esta cabecilla de microtráfico, y Gloria Myriam Amado Plata, madre de Daniel Mauricio, quien preparaba los productos de panadería a base de cannabis.
El tercer detenido fue John Fredy Corredor Ariza, encargado de dictar las charlas a interesados en el cultivo y el procesamiento del cannabis y vendía los estupefacientes por gramos en vías públicas, parques, centros comerciales y estaciones de Transmilenio cercanas a planteles educativos, tanto públicos como privados.
El cuarto capturado por la Fiscalía fue Jonathan Avendaño Gutiérrez, señalado de ser presunto responsable del cultivo de las plantas de marihuana, además de apoyar la distribución de brownies y galletas en las que la organización denominaba como universidades “gomelas”, por el nivel socioeconómico de sus estudiantes, a quienes consideraban como los mejores clientes para ellos.
Labores de policía judicial evidenciaron cómo el “negocio” de Daniel Mena se inició en el apartamento familiar que compartía con su mamá en Suba, noroccidente de Bogotá, bajo la razón social de ‘Anand Grow Shop’ registrada en Cámara de Comercio a nombre de Mena Amado.
De acuerdo con los investigadores, un centenar de plantas de marihuana cultivadas de manera hidropónica fueron los primeros pasos para llevar el cultivo de Suba a Engativá y luego a una finca en la localidad de San Cristobal Sur, donde además se impartían los cursos por los que la red cobraba hasta 400.000 pesos por cupo, con la garantía de recoger el cultivo en máximo cuatro meses.
Los capturados fueron señalados por el fiscal del caso como presuntos responsables de los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y concierto para delinquir.