Yurani es una joven de 17 años que tiene sueños, metas y aspiraciones como la mayoría de personas a esa edad. Su más grande anhelo es estudiar una carrera relacionada con la medicina, sin embargo; en su mente siempre ha querido pertenecer a las Fuerzas Militares, pero nació con labio leporino y paladar hendido, razón que la hace pensar que no puede ser parte de las filas de ninguna milicia.
Acaba de terminar el bachillerato y su padre, José Peña, relata que el tener un aspecto físico diferente la hizo sufrir de bullying desde muy pequeña en el colegio, pero nunca fue causal para el desarrollo y crecimiento óptimo de su personalidad; no obstante, ha tenido que realizarse múltiples intervenciones quirúrgicas.
A través de un amigo y por redes sociales, José se enteró de la convocatoria abierta para participar en la actividad realizada por Dibujando Alegría, fundación que durante cinco años ha hecho el mismo número de jornadas de cirugías para niños, jóvenes y adultos que tienen labio leporino, paladar hendido y corrección de orejas, beneficiando a más de 570 personas en el país, de forma gratuita.
Aunque el interés fue muy grande, Yurani y su familia viven en una vereda llamada Agualinda, en una zona de difícil acceso a 25 minutos del municipio de Pore, Casanare, que está ubicado a una hora y cuarenta minutos por carretera de la capital casanareña, lugar donde se realizó la actividad.Así como la Fuerza Aérea Colombiana transportó a los 35 especialistas de la Fundación desde Bogotá hasta Yopal en un avión C-295 para que se pudiera llevar a cabo esta significativa jornada y dispuso los recursos aéreos y terrestres para que Yurani lograra cumplir el sueño de dibujar más alegría en su rostro y, a su vez, tener el primer vuelo en un helicóptero.
Tan pronto la Fundación elevó la solicitud, el Grupo Aéreo del Casanare, GACAS, no dudó en apoyar esta causa y recogió a Yurani en la puerta de su casa, para luego ser transportada en un helicóptero UH-60 Black Hawk desde Pore hasta la base aérea de Yopal, lugar donde los pilotos y tripulantes de vuelo la recibieron con aplausos en muestra a la admiración por ser una guerrera y enfrentar los comentarios despectivos que quisieron afectarla negativamente, pero que hoy, dicho por ella “ya no me afectan, por el contrario, eso me hizo más fuerte”.
Durante el vuelo, la joven mostraba gestos de emoción y felicidad, mientras observaba por primera vez desde el cielo, el llano infinito que la vio nacer y conversaba al mismo tiempo, con el Comandante del GACAS, Coronel Édgar Alexander Salamanca, quien conmovido con esta historia quiso acompañarla y mostrarle el respaldo de su Fuerza Aérea Colombiana.
Antes de entrar al procedimiento, el Coronel Salamanca la visitó en la Clínica Simalink (la cual dona sus salas para que esta jornada sea posible) con el fin de desearle éxito, en la que sería su séptima cirugía, que buscaba darle un mejor aspecto a su nariz.
Afortunadamente, Yurani salió del quirófano satisfactoriamente y dicho por su padre “con agradecimiento a la Fundación y a la Fuerza Aérea por hacer esto posible y permitirnos vivir esta gran experiencia”, ahora ella aumentó sus ganas de ser militar, por el deseo de salvar vidas y ayudar a la población colombiana, muy acorde a la misión que tiene la Institución Aérea.