En el marco del paro camionero, se conoció una historia que revela la conexión entre el transporte, la familia y la resistencia en el amor. En medio de las movilizaciones del gremio transportador, se destacan Manuel Albarracín y su esposa Elizabeth Nieto, una pareja que lleva más de 20 años compartiendo no solo la vida, sino también la carretera.
“Mi esposa y yo llevamos 22 años juntos. Me acompañaba en los viajes, y poco a poco, empezó a gustarle este oficio. Ella ha acumulado más de 15 años de experiencia manejando camiones, tractomulas y toda clase de vehículos pesados”, contó Manuel.
Elizabeth no solo acompaña a Manuel en sus viajes, sino que se ha convertido en su mano derecha. Su presencia en el gremio, donde aún predominan los hombres, no ha pasado desapercibida.
“Todavía el gremio es machista. No es común ver a una mujer manejar camiones, pero eso no nos hace menos. Creo que incluso nos hace más fuertes. Cada vez hay más mujeres que demostramos que podemos hacer el mismo trabajo que los hombres», aseguró Elizabeth.
Juntos han recorrido rutas que pocos se atreverían a hacer sin descanso. Neiva-Cartagena – Cúcuta, trayectos que han exigido turnos de manejo sin detenerse. Ellos son un equipo imparable, tanto en la vida como en la carretera.
“Hemos hecho viajes de hasta 36 horas sin dormir. Nos turnamos para manejar. Ella ha sido mi mano derecha y la fuerza que nos mantiene en pie”, contó Manuel al referirse a su esposa.
Esta pareja no solo comparte momentos de trabajo en carreteras. Muchas veces han llevado a sus dos hijas convirtiendo estas largas rutas en paseos familiares.
«Tenemos dos hijas, una de 22 años, y la menor de 16. A veces hacemos viajes en familia, como de Bogotá a Barranquilla o Bogotá a Cartagena, porque el tiempo con ellas es lo más valioso y este trabajo no siempre nos deja mucho espacio para estar juntos”, relataron.
Como todos los transportadores de carga, enfrentaron situaciones con el alza en los costos del ACPM, por lo que tuvieron que parar sus vehículos y protestarle al gobierno.
“Los incrementos en el combustible no solo afectan al transporte, sino a todas las familias. Hoy en día, ya no se vive, se sobrevive, y necesitamos que las negociaciones sean justas, que no vuelvan a subir los precios del diésel en unos meses”, indicaron en medio de uno de los bloqueos que se registraron en la capital del país.
Para Manuel y Elizabeth, el transporte más que un trabajo, es su forma de vida, y desde las carreteras de Colombia, enseñan su historia de resistencia, amor y lucha.
Fuente: Sistema Integrado de Información – RCN Radio – William Vargas Velasco