El Vaticano trató de tranquilizar al mundo sobre el estado de salud del papa emérito Benedicto XVI, considerada «extremadamente frágil», según el diario alemán Passauer Neue Presse que cita a su biógrafo, Peter Seewald.
«Las condiciones de salud del papa emérito no son motivo de preocupación particular, más allá de las de una persona de 93 años de edad que está superando la fase más aguda de una enfermedad dolorosa, pero no grave», anunció la sala de prensa del Vaticano, que citó a su secretario personal Monseñor, Georg Gänswein.
Según el diario Passauer Neue Presse, Benedicto XVI sufre una erisipela en el rostro, una enfermedad infecciosa caracterizada por una tumefacción rojiza que genera fuerte picor y dolores intensos.
Según Seewald, el papa emérito está ahora extremadamente frágil (…). Su capacidad intelectual y su memoria no están afectadas, pero su voz es apenas audible», escribió el lunes en el Passauer Neue Presse.
Peter Seewald se reunió el sábado pasado en Roma con Benedicto XVI para presentarle su biografía, según el diario. «Durante este encuentro, el papa emérito, pese a su enfermedad, se mostró optimista y declaró que si mejoraban sus fuerzas, quizá volvería escribir», agregó.
En junio anterior Benedicto XVI visitó a su hermano mayor Georg, quien estaba enfermo, en Alemania, en su primer viaje fuera de Italia desde su inesperada renuncia en 2013. Georg Ratzinger falleció dos semanas después. Los dos hermanos, ambos ordenados sacerdotes el mismo día, en junio de 1951, estaban muy unidos.
El papa emérito, el primer pontífice en dimitir en cerca de 600 años, alegando razones de salud, lleva una vida retirada en un pequeño monasterio del Vaticano desde su renuncia en 2013.