En Santander la muerte de un menor de edad generó asombro entre la comunidad del municipio de El Socorro al enterarse que este había sido velado durante tres días, porque su familia tenía la esperanza de que reviviera.
El infante, quien murió por una cardiopatía, fue trasladado tras su deceso a la casa de sus padres. En este lugar permaneció desde el sábado 31 de agosto ya que su familia, por sus creencias religiosas, consideraron que era posible que volviera a la vida.
La comunidad no pudo ignorar el olor a putrefacción que se originaba desde el hogar donde se encontraba el cuerpo y denunciaron ante las autoridades.
La Policía de este municipio atendió la llamada y al ingresar al lugar, se percataron de que el cuerpo era velado y la familia practicaba un ritual con el que pretendían devolverle la vida al menor.
Según informó el coronel Juan Carlos García, comandante encargado de la Policía en Santander, “los padres de este niño manifestaron que todo se debe a sus creencias religiosas. En el judaísmo existe una tradición la cual dice que, al momento en el que un ser querido fallece, esperan tres o cuatro días para la persona resucite”.
Tras la explicación entregada por la familia del menor, miembros de Medicina Legal y la SIJIN realizaron el levantamiento del cuerpo.
Ahora la familia adelanta los trámites necesarios para darle santa sepultura como es debido.
Fuente: Red Medios Digital