El zika este virus de rápido avance y que estaría asociado con malformaciones en los fetos y los bebés reanimó la polémica sobre el aborto.
Aunque el aborto está prohibido o tiene limitaciones estrictas en gran parte de América Latina la alarma por el zika supone un desafío inédito para leyes y doctrinas.
En Brasil, el país con más católicos del mundo, las autoridades sospechan que a causa del zika casi 4.000 bebés han nacido con microcefalia, una enfermedad que hace que los niños tengan la cabeza anormalmente pequeña.
Ante semejante crisis, la idea hasta hace poco tabú de actualizar las normas sobre el aborto ha sido planteada por expertos, editoriales de prensa y hasta por funcionarios de salud.
Lo que alertan las autoridades sanitarias es que a medida que el zika se expande muchas mujeres pueden acudir a sitios clandestinos poco seguros para practicar el aborto por temor a que sus bebés presentan alguna malformación, que no ha sido comprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De esta manera se puede prever un aumento en las tasas de abortos clandestinos y ante todo un tema de salud mental para las mujeres.
“Cuando las mujeres están desesperadas buscaran sus propios soluciones”, dice una organización encargada del control natal.
En Brasil, uno de los países más afectados por el virus el aborto es ilegal, excepto en casos de violación, si la vida de la madre corre peligro y si hay una anancefalia, pero no se ha hablada de añadir la microcefalia a la lista de excepciones.
Además las autoridades han recomendado a las mujeres evitar quedar embarazadas por dos años ante la rápida expansión del virus.
Para las autoridades presentan problemas para detectar los embarazos en riesgo, sin embargo, un estudio del Instituto Carlos Chagas, de la fundación estatal Fiocruz el virus del zika, transmitido por el mosquito aedes aegypti, consigue llegar a la placenta de las mujeres en embarazo y pone en riesgo la protección del feto.