El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, abrió una instancia de diálogo político con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, con el objetivo de asegurar la celebración de las elecciones presidenciales en Venezuela, previstas para el 28 de julio. Estas elecciones podrían marcar el fin de la dictadura populista y el inicio de un gobierno democrático en el país sudamericano.
Sin embargo, Maduro tiene sus propias exigencias: solicitará que la Casa Blanca levante ciertas sanciones económicas y libere millones de dólares congelados por su origen ilícito.
A diferencia de negociaciones anteriores, esta vez el diálogo no se llevará a cabo en América Latina, Europa o Medio Oriente. Si no surgen obstáculos burocráticos o tecnológicos, los negociadores designados por Biden y Maduro se conectarán a internet y mantendrán hoy un inédito cónclave virtual.
Representando a la Casa Blanca estarán Dan Erikson, consejero Nacional de Biden, y Francisco Palmieri, encargado de Negocios de Estados Unidos en Venezuela y Colombia. Hasta anoche no estaba confirmado si Brian Nichols, subsecretario del Departamento de Estado para América Latina, se uniría también a la reunión bilateral. Por el lado del régimen venezolano, estarán presentes Jorge Rodríguez, titular del Parlamento de Venezuela, y Héctor Rodríguez, gobernador del estado de Miranda. Jorge Rodríguez, una figura clave de la dictadura venezolana, siempre actúa en tándem con Maduro.
La reunión virtual se ha convocado de manera abrupta, a menos de cuatro semanas de los comicios presidenciales en Venezuela. Maduro reveló la existencia de este cónclave en una maniobra política y mediática que tomó por sorpresa a la Casa Blanca, ya que hasta ahora los encuentros bilaterales entre Estados Unidos y Venezuela se informaban solo después de haber ocurrido.
“Yo he recibido la propuesta durante dos meses continuos del Gobierno de los Estados Unidos para restablecer las conversaciones y el diálogo directo. Luego de pensarlo durante dos meses, he aceptado. El próximo miércoles (por hoy) se reinician las conversaciones con Estados Unidos”, declaró Maduro en su programa de televisión.
Maduro, conocido por su persecución a la oposición, ha llenado las cárceles con presos políticos y ha vetado la candidatura presidencial de María Corina Machado, una de las principales figuras de la resistencia al régimen. En este contexto, Erickson y Palmieri protagonizarán la reunión virtual para asegurar que el gobierno no suspenda los comicios ante una posible derrota de Maduro frente al diplomático Edmundo González, apoyado por Machado y quien lidera todas las encuestas de opinión.
Al dictador populista le interesa recuperar la denominada Licencia General 44 que había acordado con Estados Unidos, así como los cientos de millones de dólares congelados debido a la sistemática persecución política del régimen. Esta licencia permitía a las empresas extranjeras realizar contratos de producción de gas y petróleo en Venezuela sin violar las normas de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), además de utilizar el sistema financiero de Estados Unidos para pagos relacionados con operaciones comerciales en Venezuela.
No obstante, Maduro inhabilitó a María Corina Machado, arrestó a miembros de la oposición y reprimió la actividad proselitista, violando el Acuerdo de Barbados, previamente negociado entre el régimen y los partidos opositores. Como represalia directa, la Casa Blanca canceló la Licencia General 44. Ahora, Maduro exige su recuperación como condición para garantizar la continuidad del proceso electoral en Venezuela.
La Casa Blanca, sin embargo, no cederá ante las exigencias económicas y financieras de Maduro. Biden busca asegurar elecciones limpias en Venezuela y que Maduro acepte el resultado, incluso si eso implica una transición democrática.
Fuente: Sistema Integrado de Información – RCN Radio – Juan Camilo Cely