El papa Francisco manifestó «su cercanía» con los enfermos de coronavirus en su primer rezo dominical del Ángelus por streaming y posteriormente se asomó a la ventana para impartir la bendición.
«Es extraña esta oración del ángelus con un papa enjaulado en la biblioteca. Pero yo los veo y les estoy cerca», dijo antes de comparecer en la ventana ante pocos fieles en la plaza de San Pedro.
El Vaticano anunció que el papa iba a emitir la plegaria dominical por streaming desde la página Vatican News, para cumplir así con las medidas exigidas por Italia para contener el virus.
Se trata de la primera vez que el papa argentino recurre a ese sistema, empleado en el pasado por Juan Pablo II cuando estaba muy enfermo o poco después del atentado del que fue víctima en 1981.
A petición de las autoridades italianas que decidieron poner este domingo en cuarentena a más de 15 millones de personas en el norte del país para evitar la propagación del coronavirus, la Santa Sede transmitió la oración por streaming para evitar aglomeraciones en la plaza de San Pedro, como es habitual.
El lugar estaba casi vacío, las personas mantenían más de un metro de distancia entre ellas y para acceder no había colas como suele ocurrir por los controles de seguridad.
«Estas decisiones son necesarias para evitar los riesgos de difusión del covid-19 debido a las aglomeraciones en los controles de seguridad para acceder a la plaza, como piden las autoridades italianas», explicó el Vaticano a través de un comunicado.
Hasta el 15 de marzo no se permitirá que los fieles participen en las misas en la residencia Santa Marta y el pontífice celebrará la eucaristía en privado.
La basílica de San Pedro en cambio permanecerá abierta y el flujo de acceso será gradual.
La audiencia semanal del pontífice de los miércoles «se realizará en las mismas condiciones», es decir por streaming.
Hace más de una semana que el papa de 83 años (líder espiritual de 1.300 millones de católicos) no sale del Vaticano.
La Ciudad del Vaticano, el Estado más pequeño del mundo (0,44 km2) y 450 habitantes, la mayoría ancianos obispos y cardenales, anunció su primer caso de coronavirus.
El caso fue detectado en un modesto centro médico, situado no lejos de una de las puertas de acceso al territorio de ese micro-Estado enclavado en el corazón de Roma.